martes, 10 de junio de 2014

Ruidos en la casa.
por Valeria Arèvalos


Un vínculo dispar. Una relación que destina para Mary, la muchacha, la pasividad y el silencio, y para Teresa, la patrona, la energía desmedida y la voz. Así comienza una de las obras ganadoras de la última Bienal de Arte Joven Buenos Aires, Baby Call, escrita y dirigida por Sofía Wilhelmi.




Al ingresar a la sala nos interpela el espacio. Hay mucho para ver. Se plantea un desafío a nuestra pulsión escòpica presentándose ante nuestros ojos tanto el espacio de la representación (enmarcado en una escenografía maravillosa) como el espacio del "back", el lugar en donde los actores ejecutarán el plano sonoro. 
La acción tendrà lugar en la habitación de Mary, en donde sus pertenencias se entremezclan con aquellos objetos que la Señora de la casa no quiere tener a la vista. Una especie de despensa en donde la mucama se mimetiza con la lavandina.




El baby call será el elemento que funcione como comunicador (?) entre Teresa y Mary. Una comunicación un tanto desnivelada ya que Teresa hablará sin parar mientras que Mary sólo puede remitirse a golpear el piso con un palito a modo de respuesta. De este modo, las únicas opciones posibles para ella serán "si" y "no" y, eventualmente, algunas frases más largas que estarán sometidas a la interpretación de Teresa. Reducción del lenguaje como mecanismo de dominación si los hay. Esto sumado al tratamiento de la identidad, el cambio de nombre porque "el que tenía era horrendo", hacen del personaje de Serrana Díaz una bomba de tiempo, cuyo proceso la actriz sabe expresar con transiciones sutiles y cargadas de emoción. En el otro rincón, Teresa (Cecile Caillon) no se contiene nada, expresa todo hasta límites desopilantes, encuentra en la situación crítica una señal a modo de libro de autoayuda y decide sacarle provecho y vivirla a pleno, disfrutar hasta del horror. 




Es interesante pensar en la polisemia del elemento baby-call, ya que en la vida cotidiana sirve para que los padres estén atentos a la necesidad de sus hijos y los puedan asistir, en este caso la niña es una mujer adulta y la madre es la muchacha a quien emplea. Dualidad al estilo cuidador-cuidado que tendrá sus idas y venidas a lo largo del texto.
La situación que servirá de motor en la obra serà la irrupción de unos ladrones en la casa. Las interpretaciones de Mauro Pelandino y Demiàn Salomòn, y luego la de Magdalena Toro en off, lograrán que tanto Mary y Teresa, como los espectadores, fluctuemos entre los límites de la angustia y de la risa. De este modo Baby Call puede tomarse como una comedia dramática que nos deja ese sabor agridulce tras pasar por todas las sensaciones y, lo más importante, que hace que nos vayamos del teatro pensando.

Funciones: Lunes 21 hs en TEATRO DEL ABASTO Humahuaca 3549