jueves, 26 de noviembre de 2015

La belleza es la mueca siniestra en un gimnasio de repeticiones. Sobre Chicos Lindos, Experimento Teatral de Gabriel Ávila

La belleza es la mueca siniestra en un gimnasio de repeticiones
Sobre Chicos Lindos, Experimento Teatral de Gabriel Ávila

Por Gabriela Pignataro



Siete chicos en busca de un personaje. No. Siete personajes en busca de una historia. No. Siete historias en busca de ser obra. Tampoco.
Siete hombres buscándo/se ser mientras están siendo cuerpo que hace sombra en escena. Cuerpos preguntándose, su ser esqueleto de masculinidad en clave de incógnita dramática.
Una serie de movimientos, ejercicios elásticos conjugados en categorías de lo masculino, etiquetas que dan alergia en la zona sensible del cuello. Esa incomodidad de llevar una prenda que presenta ante el mundo y reza: aquí está el hombre partiendo la escena, no importa cómo, aquí está el hombre-niño jugando a ser un esquema lleno de convenciones que se aceptan. Y la incomodidad, la pregunta, la duda, la espera, lo que cruje; lo que hiela descansa en una esquina, punto blanco, punto ciego del relato que se repite desesperado, un punto de fuga, agujero en la tela impoluta. Bella. De tan bella, perfecta que miente.


Chicos lindos, semi-desnudos, semi-dormidos que se despiertan y se niegan, se abren y se cierran, se entregan y se reprimen, se besan y se pegan. Ejercicios elásticos, grafía de una escena que se construye y se devela en su propio mecanismo de ser, experimento y experiencia.
La voz que habla: ¿es el hombre, el chico, el niño, el supuesto, el actor, el gimnasta? Una voz que en cuerpo en movimiento se refleja, se desequilibra y desesperada en contenida vitrina de beldades deja entrever, la presión de la marquesina, del éxito, de la complacencia fugaz de una audiencia.





Chicos-trofeo que se opacan de a poco y dejan de reflejar lo que de ellos se desea para volverse cuerpo reconocible en toda la extensión de sus marcas y defectos en un intento de rebelarse al peso de las imágenes fijas de los televisores de nuestros ojos. Cuerpos y voces con marcas y gestos desnudos, sinceramente crudos; al fin de cuentas lo único que puede volverlos hermosos y únicos, sin etiquetas que piquen donde nunca llegamos a rascarnos del todo.










Dirección General: Gabriel Gavila
Asistencia de Dirección: Pablo Rusconi
Dirección de Arte : Gaby Aldave
Iluminación : Pablo Calmet
Coach Físico y Coreografía: Alexis Losada
Diseño Gráfico : Pablo Rusconi
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ÚLTIMA FUNCIÓN: VIERNES 27/11, 23.30 HS.
La casona Iluminada.